viernes, 27 de mayo de 2016

PENSAMIENTO PLATÓNICO



Lo eterno y absoluto. Este es el tema que ocupó al gran discípulo de Sócrates. Platón sintió la fascinación por un tipo de realidad a la que desde lo más íntimo de nuestro ser aspiramos. Profundamente insatisfechos en nuestra condición de "prisioneros de la caverna" aspiramos a otra vida más plena y afín a nuestro ser esencial. El mundo eterno de las Ideas será el fundamento objetivo, "alimento de las alas de nuestra alma", como nos dice Platón en Fedro, en el que nuestra Razón debe sustentarse para alcanzar los tres grandes propósitos de la vida: la Verdad, el Bien (que para Platón se cifra en el bien individual y social) y la Belleza.



METAFÍSICA



Platón hace una distinción entre dos mundos:

·         El mundo sensible
·         El mundo de las ideas


El mundo sensible o aparente, es el terrenal y material compuesto por los seres particulares y concretos, diversos, múltiples, imperfectos y corruptibles, que son sólo una copia de las ideas. Frente a él, está el mundo de las ideas o real, el mundo trascendente, el de las ideas que existen de forma independiente a sus realizaciones concretas.


Las ideas son entidades reales y objetivas que existen “en sí” y “por sí” mismas en un mundo aparte, son la esencia, la verdadera realidad de las cosas y todas ellas son únicas, eternas, inmutables, perfectas e inteligibles. Así, el mundo real y verdadero es el mundo de las ideas y el mundo material y sensible es solo una copia.


En el mundo de las ideas, todas éstas se relacionan y coordinan, están jerarquizadas y organizadas racionalmente. La jerarquía de las ideas va, de abajo a arriba, de las ideas menos generales (de las que participan menos ideas) a las más abstractas (de las que participan más ideas.


La “idea de Bien” (de Perfección) es el fundamento ontológico ya que todas participan plenamente de la idea de Bien porque esta idea hace posible que las ideas existan y que sean perfectas y racionales. Igualmente, y con respecto a los seres sensibles, su bien será su mayor participación en su idea correspondiente, siendo más o menos perfectos según el grado en que realicen o copien su idea (cumpliendo así su finalidad: teleología). 


La idea de Bien es también el fundamento epistemológico de la realidad: las ideas no son conocidas plenamente (su racionalidad y perfección) hasta que no se conoce la idea de Bien.


EPISTEMOLOGÍA







Platón distinguirá, tal y como señala en el mito de la caverna, dos modos fundamentales de conocer:

La doxa (opinión), el falso conocimiento que proviene de la percepción sensible de los seres concretos o aparentes del mundo sensible.


La episteme (ciencia), el verdadero conocimiento de las ideas trascendentes e inteligibles, el conocimiento de la verdadera realidad de las cosas que pertenece al mundo de las ideas y que se obtiene a través de la razón.


El hombre puede llegar al conocimiento de la episteme porque su alma racional, que es su esencia, preexistió en el mundo de las ideas. El alma cayó al mundo terrenal, mito del carro alado, y fue atrapada por la materia corporal olvidando todas las ideas que ya conocía. Por ello, según la Teoría de la Reminiscencia Platónica, conocer es recordar las ideas que nuestra alma ya tenía pero ha olvidado: la verdad se recuerda, no se enseña.


El filósofo usa para ayudar a recordar a otros el método de la mayéutica: arte por el cual mediante preguntas se hace reflexionar racionalmente al interlocutor, obligándole a recordar las ideas que su alma ya conocía pero que ha olvidado.


De esta forma surge el proceso dialéctico que sigue nuestra alma racional para conseguir el conocimiento de la idea de Bien, momento en que el conocimiento de las ideas es perfecto. La dialéctica supone en primer lugar el rechazo de la doxa para, una vez alcanzado el recuerdo de una idea como hipótesis, ir saltando de una a otra hasta llegar al conocimiento de la idea de Bien y así lograr el conocimiento perfecto de las ideas, de su racionalidad y perfección.



ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA 



Platón defenderá el dualismo: alma y cuerpo forman una unión accidental.

Ambos están en continua lucha pues el alma pertenece al mundo de las ideas y el cuerpo al mundo material siendo así el cuerpo una cárcel para el alma. Esta alma racional es la esencia del hombre y el principio del conocimiento racional, pues nos permite llegar a conocer las ideas del mundo trascendente. Así, según el dualismo platónico, frente a la materialidad y corruptibilidad del cuerpo, el alma inteligible es inmortal y espiritual.



POLÍTICA



Las virtudes se desarrollan en sociedad ya que el hombre es considerado un ser social por naturaleza. La educación es por ello muy importante para descubrir el alma propia de cada individuo y guiar su desarrollo.


Platón distingue tres funciones sociales de acuerdo al predominio del alma y que jerarquizan la sociedad:


- El gobernante, en el que predomina la facultad racional y que debe ser el filósofo que tiene la episteme y la virtud de la sabiduría, cuya función será gobernar.

- El guerrero, con predominio del alma irascible y cuya virtud es la valentía encargándose de defender la ciudad.

- El pueblo, con predominio del alma concupiscible, cuya virtud es la templanza, que proveen a la ciudad de las necesidades económicas o materiales.


Para Platón la mejor forma de gobierno es la Aristocracia, el gobierno de los mejores que son los filósofos, que poseen la episteme y por tanto la verdad.

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