Lo eterno y absoluto. Este es el tema que ocupó al gran discípulo de
Sócrates. Platón sintió la fascinación por un tipo de realidad a la que desde
lo más íntimo de nuestro ser aspiramos. Profundamente insatisfechos en nuestra condición
de "prisioneros de la caverna" aspiramos a otra vida más plena y afín
a nuestro ser esencial. El mundo eterno de las Ideas será el fundamento
objetivo, "alimento de las alas de nuestra alma", como nos dice
Platón en Fedro, en el que nuestra Razón debe sustentarse para alcanzar los
tres grandes propósitos de la vida: la Verdad, el Bien (que para Platón se
cifra en el bien individual y social) y la Belleza.
METAFÍSICA
Platón
hace una distinción entre dos mundos:
·
El
mundo sensible
·
El
mundo de las ideas
El
mundo sensible o aparente, es el terrenal y material compuesto por los seres
particulares y concretos, diversos, múltiples, imperfectos y corruptibles, que
son sólo una copia de las ideas. Frente a él, está el mundo de las ideas o
real, el mundo trascendente, el de las ideas que existen de forma independiente
a sus realizaciones concretas.
Las
ideas son entidades reales y objetivas que existen “en sí” y “por sí” mismas en
un mundo aparte, son la esencia, la verdadera realidad de las cosas y todas
ellas son únicas, eternas, inmutables, perfectas e inteligibles. Así, el mundo
real y verdadero es el mundo de las ideas y el mundo material y sensible es
solo una copia.
En
el mundo de las ideas, todas éstas se relacionan y coordinan, están jerarquizadas
y organizadas racionalmente. La jerarquía de las ideas va, de abajo a arriba,
de las ideas menos generales (de las que participan menos ideas) a las más
abstractas (de las que participan más ideas.
La
“idea de Bien” (de Perfección) es el fundamento ontológico ya que todas
participan plenamente de la idea de Bien porque esta idea hace posible que las
ideas existan y que sean perfectas y racionales. Igualmente, y con respecto a
los seres sensibles, su bien será su mayor participación en su idea correspondiente,
siendo más o menos perfectos según el grado en que realicen o copien su idea
(cumpliendo así su finalidad: teleología).
La idea de Bien es también el
fundamento epistemológico de la realidad: las ideas no son conocidas plenamente
(su racionalidad y perfección) hasta que no se conoce la idea de Bien.
EPISTEMOLOGÍA
Platón
distinguirá, tal y como señala en el mito de la caverna, dos modos
fundamentales de conocer:
La
doxa (opinión), el falso conocimiento que proviene de la percepción sensible de
los seres concretos o aparentes del mundo sensible.
La
episteme (ciencia), el verdadero conocimiento de las ideas trascendentes e
inteligibles, el conocimiento de la verdadera realidad de las cosas que
pertenece al mundo de las ideas y que se obtiene a través de la razón.
El
hombre puede llegar al conocimiento de la episteme porque su alma racional, que
es su esencia, preexistió en el mundo de las ideas. El alma cayó al mundo terrenal,
mito del carro alado, y fue atrapada por la materia corporal olvidando todas
las ideas que ya conocía. Por ello, según la Teoría de la Reminiscencia Platónica, conocer es recordar las ideas
que nuestra alma ya tenía pero ha olvidado: la verdad se recuerda, no se
enseña.
El
filósofo usa para ayudar a recordar a otros el método de la mayéutica: arte por el cual mediante
preguntas se hace reflexionar racionalmente al interlocutor, obligándole a
recordar las ideas que su alma ya conocía pero que ha olvidado.
De
esta forma surge el proceso dialéctico que sigue nuestra alma racional para
conseguir el conocimiento de la idea de Bien, momento en que el conocimiento de
las ideas es perfecto. La dialéctica supone en primer lugar el rechazo de la
doxa para, una vez alcanzado el recuerdo de una idea como hipótesis, ir
saltando de una a otra hasta llegar al conocimiento de la idea de Bien y así
lograr el conocimiento perfecto de las ideas, de su racionalidad y perfección.
ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA
Platón
defenderá el dualismo: alma y cuerpo
forman una unión accidental.
Ambos
están en continua lucha pues el alma pertenece al mundo de las ideas y el
cuerpo al mundo material siendo así el cuerpo una cárcel para el alma. Esta
alma racional es la esencia del hombre y el principio del conocimiento
racional, pues nos permite llegar a conocer las ideas del mundo trascendente.
Así, según el dualismo platónico, frente a la materialidad y corruptibilidad
del cuerpo, el alma inteligible es inmortal y espiritual.
POLÍTICA
Las
virtudes se desarrollan en sociedad ya que el hombre es considerado un ser
social por naturaleza. La educación es por ello muy importante para descubrir
el alma propia de cada individuo y guiar su desarrollo.
Platón
distingue tres funciones sociales de acuerdo al predominio del alma y que
jerarquizan la sociedad:
- El
gobernante, en el que predomina la facultad racional y que debe ser el filósofo
que tiene la episteme y la virtud de la sabiduría, cuya función será gobernar.
- El
guerrero, con predominio del alma irascible y cuya virtud es la valentía
encargándose de defender la ciudad.
- El
pueblo, con predominio del alma concupiscible, cuya virtud es la templanza, que
proveen a la ciudad de las necesidades económicas o materiales.
Para
Platón la mejor forma de gobierno es la Aristocracia, el gobierno de los
mejores que son los filósofos, que poseen la episteme y por tanto la verdad.
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